miércoles, 22 de enero de 2014

Criterio en mantener decisiones.


Manuel Valero Ribes

El derecho a ser iguales, es el mismo que a ser diferentes. ¡Y en el mundo no hay nadie igual y son muy pocas  las personas que disponen de derechos!. Tampoco nadie es perfecto y está condición no es motivo de que muchos humanos sean depredadores de su propia raza!.

¿En cuánto a ser diferentes... Sólo por nadar contra corriente... O ver las cosas desde otra óptica?. ¡Nos califican diciendo que siempre estamos en los extremos, o qué para nosotros todo es blanco o negro...!
¡Y sí...! ¡Tienen toda la razón!, los grises (como alternativa) no me gustan, es una extensa gama con demasiadas tonalidades y la facilidad de poder  pasar de un gris a otro (es lo mismo que cambiar constantemente de opinión o criterio por interes).  ¡Por eso prefiero..., o blanco..., o negro...!, al ser los dos únicos colores que mantienen un único matiz; también nos dicen por no ceder o por no dar el brazo a torcer y un largo etcétera. 
Todos estos comentarios nos lo repiten en demasiadas ocasiones las personas que nos rodean, en primer lugar la familia y a continuación los amigos y conocidos; ser diferente no se admite o molesta (tenemos que ser como la mayoría). ¿Y no es qué seamos diferentes?. ¡Somos cómo todos los demás!, sólo nos hace ser diferentes la forma de ver nuestro mundo en profundidad y en plano horizontal; es decir, por la falta de una justicia social más equitativa para toda nuestra raza. 
¡Porqué hay unos culpables... qué provocan la barbarie en nuestro mundo y la mayoría de personas con su criterio no lo quieren ver.!

Todavía existen en el mundo tribus indígenas que se mantienen sin contacto con lo que llamamos civilización; siguen desde el principio de los tiempos viviendo en comunidad, lo que hoy definimos como una vida horizontal (todos iguales y viven desde hace siglos de los recursos del entorno, sin agotarlos).  Hay grupos de personas en nuestros días, que según sus ideas, han buscado una mejor forma de vida, creando grupos alternativos para poder convivir en una sociedad más acorde con su forma de pensar, respetando el medio que los rodea y no estar colaborando y sujetos a unos sistemas injustos que sólo fomentan, corrupción, explotación, guerras, genocidios y agotar los recursos naturales, que nos llevan al fin de la vida de nuestro planeta.

Somos pocos los que intentamos calificarnos a nosotros mismos y publicarlo a los cuatro vientos; según en que áreas de nuestra vida podemos ser mejores o peores depende de tu propia evolución a lo largo de tus años, en la que desde que empiezas a tener uso de razón y es a partir de los cinco años, empiezas a formarte y aprender intelectualmente, (también en criterio) y posiblemente lo seguirás durante toda tu vida; el criterio, la moral, o la ética, no tiene nada que ver con ser más o menos inteligente, con estudios o sin ellos; personas sin estudios tienen un criterio en opinión más firme o acertado que muchos otros con todos sus estudios y doctorados y en mi caso mantener criterio en mis decisiones, ha sido primordial y es lo que he intentado a lo largo de mi vida.                                                                                                             
Al compartir con personas las diferentes formas de ver la sociedad, he intentado ser flexible en mis ideas y muy respetuoso con los demás y en la diversidad de opiniones he defendido las mías y siempre he escuchado a los demás; valorando sus argumentos. 
He luchado siempre...!, solo o acompañado, más por las injusticias a la razón que por las leyes que las manipulan como quieren y siempre he cumplido con mis compromisos y mi criterio libertario y por encima de todo "la libertad individual", en mantener mis decisiones y no dar marcha atrás, manteniendo mi criterio sólo con las que atañen directamente a mi persona. 
He tenido que ceder en infinidad de ocasiones, en cosas que no tenían gran importancia  para mi (por ejemplo, consumo, religión y otros temas), que he tenido que compartir con las personas de mi entorno y siempre con el mayor respeto en mantener mi criterio de asistir y no participar y negarme en lo personal a un desmesurado consumo, etc. 
¡Y eso sí... por mí... nunca hubiera aceptado muchas de las cosas por las que he tenido que ceder!. En religión no soy creyente y presenté hace años apostasía a mi condición  de católico, impuesta "sin opción" en la época  de una dictadura militar y clerical.

Cosas que recuerdo desde mi infancia a nuestros días en el criterio que fui adquiriendo en mantener decisiones.
Con unos cinco años, donde el consumo no existía y a penas podíamos comer y vestir, ayudábamos a nuestras madres a comprar pequeños encargos como el pan, el aceite o las patatas; un domingo me mandó a comprar una gaseosa al bar bodega de la calle, al estar cerrados los colmados por ser fiesta; con pena de la autoridad (en aquellos años) de pagar una multa si abrían.
Dos bares habían en el barrio y en la misma calle; me dirigí al más cercano a comprar la gaseosa y el dueño me la vendió acompañada de una bronca colosal, diciéndome que iba a comprar a su bar por estar las tiendas cerradas. ¡Cómo así era!. ¿Dónde iba a ir, si los colmados estaban cerrados?, cinco años tenía y me propuse no volver a entrar nunca más en dicho bar.
Mi primer criterio de los que recuerdo en mantener una decisión. (Lo podéis contemplar como un trauma).

A cincuenta pasos del primer bar se encontraba el segundo, este tenía las mesas llenas de los parroquianos del barrio, jugando de la mañana a la noche, (en aquella época no había el hogar del jubilado y se pasaban el día en el bar); también era el lugar de encuentro con mis amigos; ya trabajaba y disponía de algunas pesetas que gastaba, jugando al dominó o a las cartas; no jugábamos dinero, sólo la consumición y viendo el rumbo que seguía de juego y bebida decidí no volver a entrar; los amigos me invitaban a entrar y siempre lo rechacé, (había tomado mi decisión) por lo que no entre nunca más y deje de jugar, incluso empecé a tener aversión por todos los juegos tanto de mesa como los de azar y también rechazar las bebidas alcohólicas en exceso.

A los 16 años mi padre se fue de casa, nunca recibí de su parte ninguna ayuda como hijo  (quiero creer por no tener suficiente para él) y nunca le di la espalda por abandonarme antes de la mayoría de edad y siempre que podía nos veíamos y pasábamos algunas horas juntos; yo tenia 22 años cuando falleció a sus 47 años de cirrosis alcohólica. 
No tenía nada, sólo la caja de herramientas de paleta que se la di al compañero que trabajaba con él y fue el que me trajo la fatal noticia.

La mili, no voy a contar anécdotas ni historias, sólo decir que las pase moradas, como todos mis compañeros, aquello no era un cuartel de caballería era una granja de esclavos, para cuidar caballos percherones, cerdos, gallinas, y un gran huerto plantado de alfalfa que no paraba de crecer y teníamos que segar constantemente y una semana antes de licenciarnos un compañero que ni siquiera era un amigo tuvo un accidente en la pierna, al triturarle el hueso el ancho de la rueda de un carruaje. 
Nos licenciaron y él quedó ingresado en el hospital militar; estuve más de un año visitándolo cada semana, le llevaba revistas y algún libro para que pudiera entretenerse; después de la operación no podía moverse de la cama, la pierna colgada y estirada por unos pesos, hasta que creciera y soldara la falta de hueso; fui el único que lo visitaba y deje de hacerlo por falta de tiempo al tener que hacer horas extras en mi trabajo y cuando fui  pasado unos meses ya no estaba en el hospital y no lo pude localizar, no volví a saber nada de él.

De los 14 años a los 25 trabajé todas las horas que pude, en la fábrica de impresor y en empresas de mantenimiento y montaje de ascensores,  trabajando algunos sábados y domingos para poder mantener a mi familia de soltero con sólo mis ingresos, una madre delicada de salud y que empezó a cobrar la pensión mínima de viuda al faltar mi padre y mi abuela que cobraba la vejez.
Me case a los 24 y tuve mi primera hija a los 25, el día que nació mi hija deje de hacer horas extras: Por ideología..., por pensar que le quitaba a otro el trabajo y por los que lucharon y murieron por conseguir las 8 horas y el criterio final que me hizo tomar la decisión; el querer ser un padre el máximo de horas que pudiera estar con mi primera hija y seis años después con la segunda; a los amigos de aquella época ya les molestaba que no hiciera horas extras como ellos y me decían... ¡Si quieres tener caprichos había que hacerlas?, a lo que yo contestaba... ¡Mi capricho es no hacer horas extras y estar con mi familia, que es lo más importante para mi!. Cuantas veces me pedían que hiciera horas extras o trabajar unas vacaciones y mi contestación fue siempre la misma. ¡El patrón no tiene suficiente dinero para pagarme una hora extra!. 
Mantuve tal decisión toda mi vida laboral.

Estuve siempre muy pendiente de mi madre y de mi abuela materna (a mi abuela la adoraba, era una mujer valiente y decidida, no he conocido a ninguna mujer con su talante); las ayudé todo lo que pude y las visitaba cada dos días y cada día cuando mi madre se quedo sola y entrada en años; mucha fue la dedicación que mantuve con ellas en intentar dar un poco de felicidad y ayuda como hijo y como nieto.

A los 25 años de trabajo en la empresa, rechacé todo lo que me ofrecía el gremio de las artes gráficas, una cena, la medalla de plata, un diploma y un regalo; fui el único trabajador que los mande a paseo, no me hacia falta a mis 25 años de explotado tener que celebrarlo y así se lo hice saber al patrón.

En el cincuentenario de la empresa, celebración a lo grande... (y unos años después, a la puta calle, con una deuda salarial de seis meses); como manada de corderos fueron recibidos por el presidente Pujol (que gran honor, el corrupto de Banca Catalana y amigo del patrón), fiesta por todo lo alto, como corresponde sólo por figurar. 
Sólo un trabajador no asistió a tan magno acontecimiento.

Mis dos hijas se enteraron de mayores, junto con mi esposa que tampoco lo sabía, que la empresa daba un juguete el día de reyes y siempre lo rechacé, cuando pasaban a preguntar para niño o niña y hacer la lista de tantos camiones y tantas muñecas.  Y a mis hijas nunca les falto un juguete para poder jugar con el cariño de toda nuestra familia. 
Paso de tanta falsedad, por un lado la explotación (del hombre por el hombre) y agachar el lomo por un juguete y esto en mi criterio no cuadra. El trabajo es la subsistencia de los seres humanos y trabajar en un sistema capitalista pido como mínimo respeto mutuo y bien pagado por el exceso de lo que produces "y sólo se beneficia el patrón"; para mi sería lo correcto, no hace falta vivir con lujos y si... con lo necesario. 

Seguí visitando a buenos compañeros jubilados de la primera empresa, uno en especial a Julbe hasta sus 94 años y a Vicente como compañero de ideología libertaria y fallecidos los dos en el 2011. (Fueron dos grandes maestros para mi). Treinta y cuatro años trabajé en la primera empresa que cerró dejando sin trabajo y con una deuda salarial de 6 meses a más de 300 trabajadores (a los rastreros también); el primer mes de no cobrar lo primero que hice fue dejar el tabaco, cafés y gastos no necesarios; fui el único trabajador en denunciarlo por falta de pago y el único que cobré la deuda salarial gracias a la lucha que practiqué de acción directa (con una pancarta sándwich) molestando al personaje por toda Barcelona. Dos años trabaje en la segunda, que deje por mejorar. Y doce años en la tercera que también cerró, en está éramos unos 50 trabajadores y lo mismo que la anterior (los rastreros también se quedaron en la calle) y los patronos con el cierre forrados de dinero y sin consecuencias, montaron otros negocios para seguir explotando y hacer dinero). 
En este caso, por mi edad no me pilló mal; el asco que sentía hacia la pasividad de los trabajadores y los sinvergüenzas de los patrones; lo mejor mandar a todos a la mierda, estaba harto y  ya he trabajado lo mio 48 años; dos años de paro y la jubilación a los 63 años; que alivio dejar la actividad del trabajo y no por el trabajo si no por los rastrero personajes que lo envuelven. 
  
No me gusta recibir regalos de nadie ni hacerlos, soy una persona que intenta pasar por esta vida sin grandes pretensiones y con lo mínimo que puedas vivir para no esclavizarme más a una sociedad que cuanto más tienes más te esclaviza; siempre he colaborado en participar en los regalos a los demás y los compañeros del APA (Asociación de Padres de Alumnos) del colegio de mis hijas donde colaboraba; al terminar mi hija los estudios y por la colaboración que preste con ellos quisieron hacerme una despedida con regalo incluido, se me filtró por un compañero y les dije que no lo hicieran, con tenerlos como amigos me sentía satisfecho. Treinta años después algunos siguen siendo mis mejores amigos. 

Ayudar a mis tíos a petición de ellos por encontrarse en una situación complicada con su hija que vivían juntos; mi tío me pidió que si podía ayudarles, la situación era insostenible entre ellos y me comprometí en ayudarles en lo que pudiera; lo primero ir a ver a mi prima para decirle que si tenían algún problema con sus padres era ella quien debía de arreglarlo al ser la hija y tener los medios de poder solucionar el problema al tener dos viviendas, un piso y una torre en una urbanización y podían vivir separados, una vivienda para cada uno y no tener la obligación, ni la necesidad de cuidarlos, si no quería; su contestación fue que no pensaba mover un dedo por ellos y algunas palabras más fuertes; a lo que le respondí, vista su negativa, que yo los ayudaría a petición de su padre en lo que pudiera; como así lo hice y les ayude a trasladarse al piso; llevo 6 años ayudándoles, mi tía falleció a los dos años de separarse de su hija con el gran peso que sentía en el estomago al  no poder digerir el comportamiento de la hija y sigo ayudando a mi tío con 87 años en todo lo que puedo y del poco tiempo que dispongo y puedo dedicarle.     

El día debería ser más largo, me falta tiempo, en ayudar a mis nietos y en la ayuda que puedo prestar a mi tío. Deje la militancia y mis compromisos con el sindicato, comunicando a mis compañeros el motivo. Tengo tres niet@s el mayor Pol de 10 años y Edgar y Nerea de 5 años (mellizos); los dos niños tienen Autismo, por lo que tanto la yaya como yo estamos dedicados a ayudarles en todo lo que podemos yo como abuelo me he volcado en el tema del autismo a través de Internet que empecé por ellos en este medio y que por mi edad ya no quería calentarme la cabeza y no paro de leer información de otros padres y especialistas y aprender sobre el tema todo lo que puedo, para poder ayudar a mis nietos con el conocimiento  que voy adquiriendo sobre autismo.

Esta es mi vida en todos los aspectos a los 65 años cumplidos, el no tener un precio, la fidelidad, el compromiso con las personas y a los principios de unas ideas y la forma de ver las cosas, que no me cambio por nadie, he sido muy feliz junto a los míos y de lo único que me quejo de ser muy poco comprendido, pero en esta vida no podemos tenerlo todo.
  
Si con un criterio psicológico, han sido traumas que he pasado en mi vida, mi diagnóstico puesto por mi es de Anarquista-Autista al sentirme como un hombre extraño diferente en muchos aspectos a las demás personas, por eso entiendo tan bien a mis nietos con Autismo; mis manías de la forma de ver la vida, sin tanto consumo, egoísmo, envidia, poder, dinero y que medio mundo carece de lo mínimo, como es el poder alimentarse, sanidad, vestirse y vivienda; o sea a lo que de verdad aspiro, a un criterio con más justicia social, con una renta básica para que todo los seres humano puedan vivir y menos donativos. 
Qué son pan para hoy y hambre para el mañana...!!!

Soy un loco venido de otro planeta, como digo en mi perfil y a los locos no se les comprende ni se les entiende...!!! Soy uno de los locos de la UTOPÍA...!!! E intento pensar con....
                                           
                                                                            22/01/2014